Una madre significa ternura pura. Una madre significa la fuente de la compasión. Una madre significa lealtad y hospitalidad. ¿Cómo se le puede pagar lo que le corresponde? Un hombre muere una vez, pero una madre muere cada vez que da a luz. El venerable Ali nos dice que dar a luz es tan doloroso como la muerte. ¿No es ella la que nos protege de todas las desgracias cuando estamos indefensos? ¿No es ella la que pasa largas noches en vela por nuestro bien? ¿No es ella la que interrumpe su descanso por lo menos tres o cuatro veces para alimentarnos de su pecho? ¿No es ella la que se las arregla sin ropas para vestirnos a nosotros, la que nos oculta el dolor que debe soportar? ¿No es ella la que esconde rápidamente sus lágrimas con una sonrisa, para que sus hijos no las noten y se entristezcan? ¿No es ella la que no puede soportar despertar a sus hijos cuando están dormidos, la que no ve sus defectos, o no los señala cuando los ve, la que prontamente perdona a sus hijos por el dolor que causan? ¿Cómo podríamos responderle a nuestra madre lo que le debemos? ¿Es posible hacerlo? Madre, así es una madre. Una compañera en nuestro dolor, un bálsamo para nuestras heridas…
¿No es ella la que está dispuesta a sacrificar su vida misma para salvar a sus hijos?
¿No es ella la que está dispuesta a sacrificar su vida misma para salvar a sus hijos?
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