El propósito del uso de tecnología es
mejorar la formación del estudiante y fomentar la creación de material
didáctico representativo de cada materia. Se deben de vincular los contenidos
curriculares con propuestas innovadoras que involucren el uso de tecnología. El
contenido curricular es el que debe dictar las necesidades tecnológicas y no
viceversa. Se buscaría con ello el desarrollo de nuevas habilidades para la
utilización de tecnología en sus actividades de enseñanza. La integración de
tecnología al proceso enseñanza-aprendizaje no debe de ser como algo extra sino
como una herramienta integral en el aprendizaje de los alumnos. El uso de
tecnología en la educación puede inspirar a los estudiantes interés y
motivación que desemboque en un aprendizaje emocionante, significativo y
relevante.
La integración de tecnología en la
educación puede originar beneficios en dos sentidos en el estudiante: una mejor
comprensión y acumulación de conocimientos y la capacidad y habilidad para usar
y aplicar la tecnología.
Los docentes no deben olvidar que una
de las funciones de la educación, quizá la más importante, es la integración
del individuo a la sociedad. La tecnología es parte de esa sociedad, y por lo
tanto, se debe de integrar al ámbito educativo. Sobre todo en estos tiempos de
globalización; en los que el desarrollo tecnológico es una constante y
característica del período que estamos viviendo. Hay que usar la tecnología de
manera positiva, para el bien de la sociedad y para ofrecer y dar una mejor educación
a los niños y jóvenes. La tecnología no debe de servir para aislarnos sino para
comunicarnos. De ahí que la labor de nuestros niños
guías es grandiosa, trabajan en equipo con sus compañeros de clase y logran los
objetivos que se plantean.
Joaquín Barragán Sánchez
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